Artículo publicado en el diario El Pais con fecha 11/03/2008, donde se deja en entre dicho la injusticia electoral consentida en esta Farsa-Democracia (Oligarquía) Española.
Contestada la pregunta: ¿Por qué siempre ganan los mismos partidos políticos en España?
El hundimiento de Izquierda Unida ha reabierto el debate sobre las injusticias del sistema electoral, sesgado a favor de los dos grandes partidos y las pequeñas formaciones nacionalistas y regionalistas hasta el punto de que éstas últimas se convierten en árbitro de las políticas de Estado. Pero eso, que se considera una verdad establecida por la mayoría de analistas y tertulianos, ¿es realmente así? ¿Beneficia el sistema electoral a los nacionalistas? La respuesta, si uno se basa en las cifras, es un rotundo ¡no!
Aunque a muchos les parezca increíble, en las cuatro últimas elecciones los partidos identificados con un territorio (nacionalistas y regionalistas) han obtenido siempre más porcentaje de votos en el conjunto de España que porcentaje de escaños.
En las del domingo, los nacionalistas y regionalistas de Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Canarias, Navarra, Aragón y Baleares han logrado más de dos millones de votos, equivalentes al 8,14% del total, pero sólo 25 escaños (el 7,14% de los 350 en juego). Esas proporciones se han mantenido de forma correlativa en los tres comicios anteriores: 10,7% de los votos y 9,4% de los escaños en 2004; 10,6% de los votos y 9,4% de los escaños en 2000, y 9,5% de los votos y 8,9% de los escaños en 1996.
Si se analiza el número de votos que necesita un partido para lograr un escaño, muchos se llevarán una gran sorpresa al descubrir que, con la excepción del PNV (y Nafarroa Bai), todos los demás partidos nacionalistas y regionalistas necesitan siempre muchos más votos por escaño que el PSOE y el PP. Dando por buenos los 11 escaños de CiU y los 153 del PP, que aún pueden bailar, los socialistas necesitaron el domingo 65.471 votos por escaño y los populares 66.405, mientras que CiU necesitó 70.392 apoyos por escaño, Coalición Canaria 82.128, Esquerra 98.824 y el BNG 104.521. Es una pauta que se ha mantenido igual en las últimas tres elecciones.
Quizás aún más sorprendente es descubrir que los 325 escaños obtenidos por el conjunto de las fuerzas con representatividad nacional (PSOE, PP, IU y el UPD de Rosa Díez) han costado 69.234 votos cada uno, mientras que los 25 de las formaciones nacionalistas y regionalistas han requerido algunos votos más: 72.376 por escaño. El sistema electoral, pues, no da a los nacionalistas más escaños de los que merecen por sus votos.
IU (y la recién llegada UPD) es el único gran perjudicado por el sistema electoral y cuantos menos diputados obtiene más lo parece: 481.520 votos por escaño en estas elecciones, entre 125.000 y 253.000 en las de las tres legislaturas anteriores. IU necesita siete veces más votos que PP o PSOE para lograr un sillón en el Congreso. Con un sistema proporcional puro, IU habría conseguido 12 escaños y el PSOE y el PP, nueve y seis menos, respectivamente.
Fuente
Contestada la pregunta: ¿Por qué siempre ganan los mismos partidos políticos en España?
El hundimiento de Izquierda Unida ha reabierto el debate sobre las injusticias del sistema electoral, sesgado a favor de los dos grandes partidos y las pequeñas formaciones nacionalistas y regionalistas hasta el punto de que éstas últimas se convierten en árbitro de las políticas de Estado. Pero eso, que se considera una verdad establecida por la mayoría de analistas y tertulianos, ¿es realmente así? ¿Beneficia el sistema electoral a los nacionalistas? La respuesta, si uno se basa en las cifras, es un rotundo ¡no!
Aunque a muchos les parezca increíble, en las cuatro últimas elecciones los partidos identificados con un territorio (nacionalistas y regionalistas) han obtenido siempre más porcentaje de votos en el conjunto de España que porcentaje de escaños.
En las del domingo, los nacionalistas y regionalistas de Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Canarias, Navarra, Aragón y Baleares han logrado más de dos millones de votos, equivalentes al 8,14% del total, pero sólo 25 escaños (el 7,14% de los 350 en juego). Esas proporciones se han mantenido de forma correlativa en los tres comicios anteriores: 10,7% de los votos y 9,4% de los escaños en 2004; 10,6% de los votos y 9,4% de los escaños en 2000, y 9,5% de los votos y 8,9% de los escaños en 1996.
Si se analiza el número de votos que necesita un partido para lograr un escaño, muchos se llevarán una gran sorpresa al descubrir que, con la excepción del PNV (y Nafarroa Bai), todos los demás partidos nacionalistas y regionalistas necesitan siempre muchos más votos por escaño que el PSOE y el PP. Dando por buenos los 11 escaños de CiU y los 153 del PP, que aún pueden bailar, los socialistas necesitaron el domingo 65.471 votos por escaño y los populares 66.405, mientras que CiU necesitó 70.392 apoyos por escaño, Coalición Canaria 82.128, Esquerra 98.824 y el BNG 104.521. Es una pauta que se ha mantenido igual en las últimas tres elecciones.
Quizás aún más sorprendente es descubrir que los 325 escaños obtenidos por el conjunto de las fuerzas con representatividad nacional (PSOE, PP, IU y el UPD de Rosa Díez) han costado 69.234 votos cada uno, mientras que los 25 de las formaciones nacionalistas y regionalistas han requerido algunos votos más: 72.376 por escaño. El sistema electoral, pues, no da a los nacionalistas más escaños de los que merecen por sus votos.
IU (y la recién llegada UPD) es el único gran perjudicado por el sistema electoral y cuantos menos diputados obtiene más lo parece: 481.520 votos por escaño en estas elecciones, entre 125.000 y 253.000 en las de las tres legislaturas anteriores. IU necesita siete veces más votos que PP o PSOE para lograr un sillón en el Congreso. Con un sistema proporcional puro, IU habría conseguido 12 escaños y el PSOE y el PP, nueve y seis menos, respectivamente.
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